La protección frente a las enfermedades
infecciosas se basa en el desarrollo de “inmunidad frente a las
mismas” y aunque los términos de vacunación e inmunización son
utilizados de forma similar, tienen sin embargo significados
diferentes. El primero describe la administración de una vacuna o
toxoide, mientras que el segundo hace referencia al proceso de
inducir o proporcionar inmunidad.
Las vacunas son
sustancias generalmente fabricadas a partir de micro- organismos
patógenos para el hombre que, al ser administradas, producen
defensas frente a la enfermedad que se quiere prevenir. Las vacunas
son una suspensión de microorganismos vivos atenuados o muertos, o
fracciones de aquellos que se administran para inducir inmunidad y de
esa forma prevenir enfermedades infecciosas, tanto en hombres como en
animales. En los dos últimos siglos se han producido avances
impresionantes en el desarrollo de las vacunas: en el siglo XVIII se
inventó la primera vacuna contra la viruela tras observar una
enfermedad que padecían las vacas; en el siglo XXI, los ordenadores
pueden fabricar vacunas.
A pesar de los
adelantos en el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades, son
las acciones de prevención las más activas para conseguir una vida
sana y digna. Entre estas actividades se destaca el gran tema de las
vacunas que interesa por igual a la población general, a las
autoridades de salud, a los médicos y enfermeros, etc.
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